Junto con Adrián Fernández pude vivir muchas de las mejores cosas de mi vida cubriendo carreras de autos; me tocó aprender muchas cosas sobre el automovilismo y también sobre la vida.
No es gratuito que le guarde una gran admiración y que, al mismo tiempo, le reconozca muchos razgos personales. La persistencia es una de sus mejores cualidades.
Este día, cumplió una de sus más grandes metas. La que dio combustible a su trayectoria como piloto profesional: subir a manejar un auto de Fórmula Uno y, esta vez mejor aún, un Ferrari de campeonato mundial.
Para él, en otro momento, el ideal hubiera sido llegar a la Scudería como punto culminante de sus durísimos momentos batallando para llegar a Europa y correr en la F-Ford 1600, o después de ser novato del año en la F3 Inglesa.
Sabía que, probablemente, eso no ocurriría y decidió cambiar de rumbo, persistir en otra dirección. No se rindió hasta alcanzar el éxito.
Pasaron muchas más experiencias, algunas muy dolorosas como el permanente contacto de esta profesión con los accidentes, con la muerte. Y hubo triunfos, muchos y muy gratificantes.
Adrián emprendió una de las carreras deportivas más pulcras y dedicadas que yo he conocido en México y pudo consolidarse como un piloto de carreras símbolo de triunfo. Pero, esos fueron otros momentos. Ya quedaron atrás.
A pesar de su retiro parcial, obligado por la crisis financiera en Estados Unidos, Adrián es uno de los muy pocos en el mundo que compite hoy y a su edad, cualquiera que ésta sea, siendo piloto titular bajo contrato por una firma de primera como Aston Martin Racing.
Además, sigue compitiendo con éxito, poniéndole vueltas rápidas a sus coequiperos y consiguiendo resultados notables como el sexto general de LeMans en el 2010.
El ejemplo de Fernández puede confirmarse hoy en la presencia de su 'sobrino' de apellido Pérez en la F1, un ejemplo de persistencia hasta el límite. El contexto no importa, es simplemente el tono enecdótico, lo cierto es que Adrián Fernández logró este jueves 7 de abril, lo que alguna vez le dijeron que sería imposible.
Gracias por el ejemplo, compadre...
Al final podra contar a sus nietos que tras mucho esfuerzo, accidentes, triunfos y una carrera impecable, pudo manejar un Ferrari de formula1. Creo que estas 5 vueltas que dio hoy, coronan su trayectoria y podra retirarse orgulloso del ejemplo que ha sido para muchos pilotos jovenes y tantos aficionados que por el seguimos mas de cerca el automovilismo deportivo.
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