McLaren cruzaba por un bache de competitividad desde el Gran Premio de Canadá. Nurburgring parecía otra carrera perdida que rescataron dos cosas: la magnífica estrategia y su ejecución por parte del equipo, pero sobre todo el manejo y el ímpetu de Lewis para imponerse en la arrancada y después a un Red Bull superior mecánicamente como el de Webber.
Sin embargo, queda pendiente comprobar si este repunte es definitivo rumbo al cierre de temporada.
Lo que está comprobado a plenitud es el gran momento de Alonso con Ferrari. Estas últimas carreras veraniegas han demostrado que el español es un combatiente difícil de vencer y, mejor aún, que es capaz de sacar a su equipo de la mediocridad.
El Ferrari de Australia es completamente distinto al que hemos visto desde los Grandes Premios de Mónaco y hasta ahora en Alemania, tres segundos lugares y una victoria que suman 79 puntos para el asturiano, lo que le coloca como el mejor piloto del verano detrás del dominio de Vettel, quien por primera ocasión vio rota la cábala que si no lo llevaba al primero, lo depósitaba cómodamente en el segundo lugar del pódium.
En fin, pese a sus detractores -que somos muchos- Alonso indica que tiene la mano levantada para el cierre de temporada una vez más. Ferrari debe responderle.
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